Como especialistas en el control de plagas en Getafe, uno de los principales problemas que aparecen a la hora de decidirse por eliminar las termitas es confundir a estos animales con las hormigas.
Tanto las termitas como las hormigas carpinteras crean enjambres cuando llega la hora del apareamiento, y ambas son conocidas por causar daños en la madera y grandes estragos en nuestro hogar. Así que no es de extrañar que sean fácilmente confundidas. Aun así, es importante que aprendas a diferenciarlas, ya que necesitas saber a qué te estás enfrentando si estás pensando en llamar a un control de plagas en Getafe.
En este caso, echarle un vistazo de cerca al insecto te dará una rápida respuesta a tus dudas. Las termitas y las hormigas pueden parecer similares en la lejanía, pero encontrarás una buena cantidad de diferencias físicas que resolverán esta incertidumbre y te permitirán abordarlas.
Forma del cuerpo: las termitas no tienen cintura, su forma es más rectangular a diferencia de las hormigas, que sí tienen una cintura estrecha y definida.
Antenas: las antenas de las termitas son rectas y tienen apariencia de cadena de perlas, mientras que las de las hormigas tienen una forma redondeada como un codo.
Ojos: las hormigas tienen dos ojos compuestos grandes, mientras que las termitas, básicamente, no tienen ojos.
Alas: ambos insectos disponen de dos pares de alas y es una de las mejores formas de diferenciarlas. Las alas de las termitas son más largas que su propio cuerpo y tienen la misma longitud. En el caso de las hormigas carpinteras, sus alas traseras son más cortas que las delanteras y proporcionales a su cuerpo.
Ahora que ya sabes diferenciar a las termitas y las hormigas te será más fácil identificar una plaga en casa. Si aún necesitas ayuda, recuerda que en Amelín estaremos encantados de echarte una mano.